El Campo y Una Estrella

- El que quiera leer este post y disfrutarlo escuche "Le moulin" de Yann Tiersen mientras lo hace. -

Soñemos por un momento que te callas... y no dices nada que pulverice la esencia del sentimiento. Soñemos que no dices nada que no pienses y que descontrole, en un segundo, lo que logras en un día.

Imaginemos que podemos caminar en un inmenso campo justo antes del atardecer... sin decir nada, sin pensar nada, sin esperar nada.

Gritemos en silencio para que las palabras no digan lo que no queremos escuchar. Dale espacio al vacío y tiempo a la incertidumbre de la verdad.

No me conoces ni tratas de hacerlo... No me comprendes y a veces fallas en el intento.

Nos mentimos como en un juego interminable de ruletas rusas mal formadas... Transformando un sentimiento puro en una realidad que no existe más allá que en el incierto.

Caminemos sin mirarnos... Pero voltea un segundo a mirarme y regresa rápido a mirar a una estrella. No me daré cuenta... O quizá sí.

El pasto es verde y el aire frío. El firmamento explota en estrellas que nos miran temiendo nuestra separación definitiva. El frío es fuerte y no tengo abrigo... Pero no me importa. Solo se que temes pedirme que te de calor, y yo temo ofrecerlo. Un venado corre, temeroso, pero nos ve extrañado.

No me pediste calor, no te ofrecí cobijo. El frío se hace fuerte... Me ves y te veo... Nos miramos con lástima. Nos volteamos y caminamos, separados, sin despedirnos. Te alejas... Lentamente te separas, yo camino, pero me volteo nuevamente y te veo irte. Lloro en silencio. No volteas. No me ves. No existo, no soy.

Sólo el frío me acompaña... Ya no estás. El frió cruel que intentó unirnos sin lograrlo, porque no está escrito que así pase. Sólo el frío fuerte y las estrellas que algún día vi sin querer verlas... Hoy no quiero más que tenerlas.

El campo ha oscurecido y no hay más estrellas.

- Un tiempo después -

El futuro llega raudo y veloz, corre como el viento, y el tiempo ha pasado como un río que todo se ha llevado. Ya no recuerdo con dolor ni con lamentos, ya el frió se ha ido, más el campo no. Estoy abrazando a alguien... Sí, ese alguien. Teníamos soledad, pero el frió pudo más. Las estrellas siguen aquí, pero hoy si están contentas. Las estrellas explotan de felicidad por haber predicho la verdad. Ellas vieron que no era el momento y el momento no fue. Ahora sí es. El venado no murió... Y se encuentra tomando agua cerca.

El abrazo que no pasó, la mirada que no me diste, la mano que no toqué. El abrazo que vino, la mirada que encontré, la mano que me apretó fuerte y no me dejó caer. Todo es parte de una verdad que para mí está escrita más allá de lo que piense hoy o quiera experimentar. El sueño persiste más allá de las malas pasadas del destino.

Bailo y grito a su lado, en el mismo campo que una vez te di. Suena una canción que antaño te dediqué y que hoy es sólo de él. Es tan de él como suyo soy yo. Es tan nuestra que nunca fue tuya. Es tan mía que no te pertenece.

Hola, te diré. Te miraré y sabré que era verdad... Porque quizá, quizá, quizá no es suficiente. Porque quizá, no existan estatuas en los campos ni relojes que detengan el tiempo de las estrellas.

Adiós, me dirás. Porque así lo quisiste, porque no pudiste o no te interesó. Quizá yo no fui suficiente... Quizá no esperaste mi llegada como yo pretendía esperar la tuya. Adiós, desde adentro, con silencio y sentimiento.

El campo ya no es oscuro, oh silencio, ha nacido una estrella.

Esto sólo es un cuento.