Dejar de pensar... Dejar de hablar... Dejar de ser. Olvidar. Olvidar por completo que y como soy. No recordar lo que ha pasado y lo que he esperado vanamente que pase. Nostalgia, sí, siempre presente en los peores momentos, llenando el vacío y los interminables momentos de soledad antes del amanecer.
La vida es un instante, pero los instantes llegan a ser eternos cuando se viven con la ausencia del tacto... Caminando por los oscuros pasillos de la soledad ajena me es posible descubrir un mundo complejo y repleto de angustias y carencias tan aterradoramente semejantes a las mías que pueden llegar a sonar como plagios... He llegado a pensar que si todos nos quitásemos las caretas de falsa alegría, estaríamos más unidos y menos preocupados de nuestra propia soledad.
Qué estúpidamente difícil es vivir. Cierto, para ciertas personas no... Pero bueno, o son privilegiados o son malditos, por tener vidas vacías.. Realmente no sé qué es mejor. Lo que sí sé es que a veces la carga se hace tan pesada, las esperanzas tan lejanas, los deseos tan utópicos. ¿A qué estamos jugando, a qué vivimos, a qué nos aferramos?
Esas preguntas son muy personales, pero el contexto de nuestras vidas es originariamente el mismo. Irse, quedarse, vivir, callar, reír, llorar. Ser gay o no serlo. Ser maduro o ser fácil. Ser o no ser.
No temer a lo que los otros digan... Eso, de eso se trata. Las palabras tienen la virtud de la existencia propia. Una palabra puede matar o resucitar el núcleo mismo de la vida humana... Que lloremos una muerte o que celebremos eufóricamente la partida de un enemigo. Las palabras, sinceramente, lo son todo. Y cuando ellas no son suficientes, cuando ellas no pueden... Tragedia.
En mi paseo por esos pasillos propios y ajenos, me he dado cuenta de la necesidad del tacto que impera en cada uno de nosotros. Un abrazo, por corto, puede decir mucho. Un beso, por inesperado, puede serlo todo. Encontrar por accidente que entrar en contacto con otro ser humano te hace olvidar el dolor, es paradójicamente semejante a encender la luz en uno de nuestros tenebrosos corredores. La campaña de los abrazos gratis siempre me pareció comercialmente aceptable y hasta bonita, pero no me satisface que alguien que no me conoce me apriete contra su cuerpo. Por ende, el abrazo, el beso y el contacto ha de ser con alguien de quien lo esperamos. He ahí el problema, al menos para mí.
Mi personalidad es cerrada. Mis acciones son calculadas. Mis temores son infinitos. Mi necesidad de tacto es astronómica. Mi estado natural es "a la defensiva". Siento que todo eso limita mi expresividad, y por ende, mis posibilidades de contacto físico. Si alguien piensa en contenido sexual no podría estar más equivocado.
Es difícil, es difícil estar sólo. Los amigos siempre están, y el amor por ellos es intocable. Pero siempre falta algo, ¿verdad? Se hace más complicado estar sólo cuando de hecho podrías no estarlo... Pero el simple hecho de que la compañía sea no compatible la convierte, proporcionalmente, en lo que se busca evitar: la soledad. Y estamos ahí, otra vez caminando por el pasillo oscuro, de nuevo lamentando el pasado y soñando con un futuro que se aleja con cada paso, como la maldita luz al final del túnel...
Y sí... Sí es deprimente. Sí apesta todo. Sí quisiera cambiar de ambiente, de lugar, de vida. Una decisión... Un vuelo, otra ciudad, otro continente. Pero... ¿Es lo que quiero? Cómo olvidar un momento perfecto, cómo borrar amigos que hoy están y dejarlos... No quiero llegar al paraíso sin ellos. Satán maldiga mi increible lealtad para con la amistad.
Me cansa lo efímero que es todo... Lo volátil de la vida... Lo repentino del cambio. Me cansa la necesidad de sonreir cuando quiero llorar. Me cansa la necesidad de actuar para no ser lastimado. Me cansa no hablar cuando quiero gritar. Me cansa alejarme cuando me quiero acercar. Abriendo los ojos al cielo y negando los ojos al infierno cuando constantemente me siento ya en el inframundo... Sí, así se está... así se vive. Y es patéticamente repetitivo.
Quiero parar el miedo y el odio. Quiero que los necios que se engañan se den cuenta de su error. Quiero darme cuenta del mío. Quiero implorar cambio a un dios que no sea ciego y sordo. Quiero que él no exista y volver a volar alto como lo hice alguna vez...
Mientras tanto... Seguimos todos caminando hacia la luz, y ella, alejándose frenéticamente. A ver quién se atreve a iluminar su pasillo. Quizá a alguien no le de miedo averiguar si se encuentra en el cielo o en el infierno.
Un abrazo a todos! (Escribirlo es sumamente sencillo...)
Javier
"The Rainbow Pride Boy"
Gay by Nature, Absolutely Fabulous By Choice.
"The Rainbow Pride Boy"
Gay by Nature, Absolutely Fabulous By Choice.
